La discriminación es el trato desigual que se le da a una persona. Para evitar caer en esta y ayudar a quienes la sufren, es necesario conocer los distintos tipos de discriminación que existen.
Este es uno de esos problemas sociales demasiado comunes que aquejan a nuestra sociedad. Por ello, conviene identificar las maneras en que este se presenta, para poder reconocerlo en el día a día.
Por edad, uno de los tipos de discriminación casi imperceptible
Esta forma de discriminación se presenta cuando hay un trato diferente a una persona por ser joven o mayor. Se evidencia, por ejemplo, en el ámbito laboral, cuando rechazan solicitudes de empleo de personas demasiado jóvenes o muy mayores. La supuesta razón esgrimida por los discriminadores es que los solicitantes no tienen la capacidad idónea de trabajo.
Para evitar incurrir en este tipo de discriminación, se deben valorar a las personas por sus habilidades y conocimientos, no por su edad.
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Racial, entre los tipos de discriminación más comunes
En estos casos, la razón de la discriminación es la etnia o el color de piel. Puede presentarse en los ámbitos laboral, escolar y social. Por ejemplo, al buscar empleo, en centros educativos o en el acceso a la vivienda.
Para evitar incurrir en esta forma de discriminación, se debe valorar a las personas por su carácter y personalidad, no por su origen ni apariencia física.
Por discapacidad
Se genera cuando hay un trato diferente a una persona con algún tipo de discapacidad física o mental. Por ejemplo, hacia personas con autismo, sordas o invidentes. Tal discriminación puede pasar desapercibida, pero se puede evidenciar en la falta de accesibilidad a edificios o transportes públicos. Igualmente, se manifiesta en el trabajo y en las instituciones educativas.
Para evitar esta discriminación, se debe realizar adecuaciones para que las personas con discapacidades puedan desarrollar normalmente sus actividades cotidianas.
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Socioeconómica, otro de los tipos de discriminación más comunes
Esta se manifiesta cuando se trata de manera distinta a las personas por su condición socioeconómica. Aquí intervienen factores como el lugar de residencia, el patrimonio familiar e, incluso, el salario devengado. Se presenta en diferentes ambientes, como el laboral, el educativo y el social.
Para afrontar esta discriminación, se debe recordar que las personas se deben apreciar por sus habilidades y conocimientos. La condición social o el dinero no son aspectos determinantes de una persona.
Religiosa
Muy cercana a la discriminación racial, esta consiste en tratar diferentemente a quienes profesan otras religiones o creencias. Al igual que las otras formas de discriminación, esta se presenta en distintos espacios, incluyendo los laborales y educativos.
Hay que estimar a las personas por sus valores y por lo que son, no por su religión o creencias.
Por nacionalidad
Se expresa cuando se da un trato distinto a alguien por su país de origen. Puede darse en cualquier ámbito y es muy negativo para quienes lo sufren, pues les puede afectar hasta su situación económica. Por ello, los conocimientos y habilidades de las personas deben prevalecer sobre su nacionalidad.
Para evitar caer en cualquiera de los tipos de discriminación, es importante inculcar valores desde la educación y el diálogo sobre la diversidad y la inclusión en la sociedad. Ante todo, debemos entender que todos merecemos el mismo respeto y trato en cualquier situación.
