En el agitado viaje de las niñas y niños refugiados y migrantes, las redes de apoyo desempeñan un papel crucial en su bienestar y desarrollo. La niñez, una etapa fundamental para el desarrollo físico, emocional y social, se ve abruptamente interrumpida cuando las niñas y niños se ven obligados a abandonar sus hogares debido a conflictos, violencia, persecuciones o fenómenos naturales. En América Latina, la situación es especialmente grave, 1 de cada 4 personas en movilidad en el continente es una niña o niño. Ante esta realidad, la presencia de redes de apoyo puede marcar la diferencia entre un futuro lleno de oportunidades y uno cargado de dificultades.
Las redes de apoyo incluyen una amplia gama de actores y recursos que trabajan conjuntamente para proporcionar un entorno seguro y estable a las niñas y niños refugiados y migrantes. Estas redes pueden estar compuestas por familiares, amigos, organizaciones no gubernamentales (ONG), agencias gubernamentales, escuelas, profesionales de la salud, comunidades locales y de base de fe.
La familia y la comunidad son las primeras líneas de defensa para las niñas y niños desplazados. La presencia de familiares cercanos puede proporcionar un sentido de continuidad y estabilidad emocional. Además, las comunidades locales pueden ofrecer un entorno acogedor que facilita la integración y el sentido de pertenencia a las familias desplazadas. En muchos casos, World Vision junto a las comunidades organiza grupos de apoyo y actividades que ayudan en la adaptación del nuevo entorno, aprender el idioma local y hacer amigos.
Las ONG desempeñan un papel vital en la protección de las niñas y niños refugiados y migrantes. Estas organizaciones proporcionan servicios esenciales como alimentación, protección integral, educación, acceso a agua e higiene, salud, entre otros. También ofrecen apoyo psicológico para ayudar a las niñas y niños a lidiar con el trauma y el estrés asociado con el desplazamiento. World Vision, junto a socios y aliados estratégicos, implementa proyectos y programas para la niñez en situación de movilidad humana, proporcionando espacios seguros donde pueden jugar, aprender y recibir apoyo emocional.
Las políticas y programas gubernamentales son esenciales para asegurar la protección y los derechos de la niñez refugiada y migrante. Los gobiernos pueden establecer marcos legales que garanticen el acceso a servicios básicos como educación y salud, y proporcionar recursos para la reunificación familiar. World Vision trabaja de la mano con agencias gubernamentales en la capacitación de funcionarios públicos para fortalecer capacidades en la atención a la población refugiada y migrantes y coordina esfuerzos para maximizar el impacto de las intervenciones.
Las escuelas no solo son lugares de aprendizaje, sino también entornos donde niñas y niños pueden encontrar estabilidad y hábitos. La educación es un derecho fundamental y una herramienta poderosa para la integración social y el empoderamiento personal. World Vision, junto a otros organismos y organizaciones de la sociedad civil, trabaja con escuelas y colegios para ofrecer instrumentos de inclusión escolar para niñas y niños refugiados y migrantes, con el acompañamiento en un proceso integral que involucra herramientas lúdicas, espacios de reflexión y diálogo, y una dedicación constante para sensibilizar a la comunidad educativa sobre temas como la movilidad humana y el respeto a la diversidad.
El acceso a servicios de salud es crucial para las niñas y niños refugiados y migrantes, quienes a menudo enfrentan problemas de salud derivados de su viaje y las condiciones en las que viven. Profesionales de la salud, incluyendo médicos, enfermeras y psicólogos, pueden proporcionar atención médica esencial y apoyo emocional. La atención a la salud mental es particularmente importante, dado el alto nivel de estrés y trauma que estos niños pueden experimentar.
Para que estas redes de apoyo sean efectivas, es fundamental que haya una coordinación y colaboración estrecha entre todos los actores involucrados. Esto incluye la creación de sistemas de referencia que permitan a las niñas, niños y sus familias acceder rápidamente a los servicios necesarios.
La protección de la niñez refugiada y migrante es una responsabilidad compartida que requiere el esfuerzo conjunto de familias, comunidades, ONG, agencias gubernamentales, escuelas y profesionales de la salud. Las redes de apoyo no solo proporcionan los recursos y servicios necesarios para la supervivencia y el bienestar de estos niños, sino que también les ofrecen la esperanza y las herramientas para construir un futuro mejor.