World Vision respalda llamado de la ONU para recaudar US$10.000 millones para responder a emergencia por COVID-19
- Nuevo coronavirus amenaza con devastar a las familias más pobres del planeta.
- Uno de cada tres latinoamericanos vivirá en la pobreza, según la CEPAL, los fondos urgen.
- World Vision expresa preocupación por escasa asignación de fondos a ONGs que trabajan directamente en las comunidades
World Vision respalda el Plan Global de Respuesta Humanitaria (PGRH) y la actualización de la petición de US$10.000 millones para financiar la respuesta a la emergencia por COVID-19 en los lugares más vulnerables.
La ONG endosó el llamado para obtener fondos que permitan llevar asistencia humanitaria a los contextos de mayor riesgo, especialmente donde los niños y niñas ya están enfrentando condiciones de fragilidad aún antes de la pandemia. Los expertos de World Vision han advertido que la emergencia sanitaria podría precipitar una crisis que vulnere los derechos de la niñez y cause hambre, extrema pobreza y violencia, en una serie de reportes denominados Réplicas de la Pandemia.
Solo en América Latina, 45 millones de personas entrarán a las filas de la pobreza este año producto de la pandemia, según predijo la CEPAL. World Vision Latinoamérica trabaja en 15 naciones de la región, brindando ayuda humanitaria para paliar el hambre y los riesgos de salud que ya sufren millones niños y niñas y sus familias a raíz del rampante desempleo y la desaceleración de la economía. Asimismo, se enfoca en prevenir la violencia doméstica contra la niñez que ha despuntado de manera alarmante en el marco del confinamiento, precisó Joao Diniz, Líder Regional de la organización.
Isabel Gomes, Directora Global de Operaciones Humanitarias para World Vision afirmó que “nuestra investigación reveló que 30 millones de niños y niñas están riesgo de enfermar o morir, y que hasta 85 millones de niñas y niños están expuestos a la violencia, debido a los impactos secundarios de la pandemia. Enfrentamos predicciones preocupantes de la hambruna debido al impacto económico del COVID-19, que golpeará a 110 millones de niños y niñas que sufrirán hambre”.
“Se estima que el costo de proteger al 10% más pobre de la población global de los peores efectos de la pandemia es de US$90.000 millones –menos del 10% del paquete de estímulos que los países más ricos (G-20) han implementado para proteger a sus propias economías-. Los líderes de esas naciones deben incluir a los países en esas prioridades. El virus no tiene límites”, añadió Gomes.
World Vision ha expresado su preocupación por la concentración de fondos del PGRH asignados en agencias de Naciones Unidas. Se estima que solo 5% de esos recursos han llegado a las ONGs que son las que realizan el trabajo en terreno, alcanzando a las poblaciones afectadas. En América Latina, World Vision ya ha beneficiado directamente a más de 7 millones de personas mediante sus acciones de nutrición, asistencia en salud y protección.
“La transparencia en los flujos de fondos a ONGs continúa siendo una preocupación. A pesar de los avances logrados, el PGRH muestra brechas en el acceso equitativo a recursos, especialmente para ONGs y organizaciones locales”, dijo Gómez.
“Sin embargo, nos complace contribuir al diseño del PGRH y continuaremos trabajando al lado de las agencias de Naciones Unidas y otros socios, para satisfacer las necesidades de los más vulnerables”.
“El Coronavirus amenaza con devastar a las familias en los países más pobres. Sin acción, veremos un incremento en la pobreza y la mortalidad infantil a niveles de hace 30 años. Los países más ricos no pueden permanecer sin hacer nada, teniendo los medios para prevenir esta situación. Llamamos a los líderes mundiales a asegurar el apoyo a los países que están en riesgo de colapsar”, dijo Gomes.
“Esto es crucial si pretendemos mitigar la catástrofe para la niñez y sus familias”, concluyó.
World Vision desarrolla la mayor respuesta humanitaria en su historia, trabajando al lado de gobiernos, sociedad civil y organismos de Naciones Unidos para combatir el contagio del COVID-19 en más de 70 países. Globalmente, ha alcanzado a 43,8 millones de personas.
Los colaboradores en trinchera están promoviendo medidas preventivas como el lavado de manos, brindan equipamiento y apoyo a los trabajadores de los sistemas de salud y procuran la protección de los niños y niñas amenazados por la pandemia.
