Haití ha estado experimentando un levantamiento violento desde febrero de 2024, cuando las bandas armadas comenzaron a atacar la capital, Puerto Príncipe. Como resultado, más de un millón de niños están fuera de la escuela. Más de 5.4 millones de personas sufren hambre debido al aumento drástico de los precios de los alimentos (por ejemplo, el precio del arroz ha aumentado un 75.5%). Más de un millón de personas han huido de sus hogares en busca de seguridad, y solo el 22% de los centros de salud en la capital funcionan parcialmente. Muchas embajadas, agencias y organizaciones no gubernamentales (ONG) han suspendido temporalmente sus operaciones. La situación es crítica, pero la Oficina Regional de América Latina y el Caribe (LACRO) no ha detenido sus actividades desde que la crisis se intensificó. En cambio, hemos adaptado continuamente nuestras operaciones para seguir atendiendo a los niños más vulnerables, mientras garantizamos la seguridad de nuestro personal.
En la capital, Puerto Príncipe, hemos colaborado con socios locales para asistir a mujeres que han sido víctimas de la violencia de las bandas. Trabajamos con mujeres como Ana*, de Carrefour-Feuilles, cuyo esposo fue quemado vivo mientras intentaba proteger a su familia cuando una banda atacó su hogar. También con Mama, de Cité Soleil, cuyo esposo murió por una bala perdida y luego quedó embarazada tras ser violada por tres hombres. Ana y Mama luchan por sobrevivir después de huir a campamentos empobrecidos para personas desplazadas internamente (IDP, por sus siglas en inglés).
Hemos acompañado a miles de familias desplazadas como las de Ana y Mama en su proceso de recuperación del trauma, brindándoles apoyo psicosocial y asistencia por un total de 1.4 millones de dólares en transferencias de efectivo multipropósito, para ayudarles a cubrir sus necesidades básicas diarias y apoyar su camino hacia la recuperación. Muchas mujeres han utilizado el dinero para alimentar a sus hijos y comenzar una nueva vida, estableciendo pequeños negocios que les proporcionan una fuente de ingresos estable.
Fuera de Puerto Príncipe, hemos logrado evitar la interrupción de todos nuestros programas de campo gracias a la preposición de capacidades ministeriales y recursos en puntos estratégicos antes de que la crisis estallara, cuando las tendencias de seguridad indicaban un posible deterioro en la capital. Nuestro efectivo monitoreo del contexto y años de experiencia en la gestión de crisis en contextos frágiles nos han permitido ajustar nuestras operaciones de manera preventiva, descentralizando algunas decisiones operativas y redirigiendo inventarios críticos. Las familias de los niños más vulnerables han reconocido nuestro trabajo de resiliencia económica, viendo un aumento promedio del 40% en sus ingresos familiares.
Nuestro monitoreo continuo indica que la crisis de las bandas continuará e incluso se intensificará en los próximos meses. Para asegurar que podamos seguir brindando esperanza e impacto en uno de los países más frágiles y vulnerables del mundo, seguimos adaptando nuestras operaciones, actualizando nuestros planes de continuidad operativa y contingencia de seguridad, y aprovechando nuestra presencia en toda la isla.
Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de las personas.
Por Julie Lee, Directora del Clúster del Caribe, LACRO Campaña: LACRO