Tener agua da tiempo para bailar

Tener agua da tiempo para bailar

A diferencia de muchos niños y niñas que a sus 8 años están haciendo tareas, jugando en el parque o recibiendo clases de piano, Eliana acarreaba agua desde un pozo hasta su casa antes de ir a la escuela y al regresar de clases.

Eliana recogiendo agua antes de que en su comunidad haya agua segura

Eliana es una niña de entre un millón de personas que carecen de acceso al agua en Honduras, donde también casi 1,6 millones de habitantes carecen de acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento. A esto se le suma que la nación catracha es una de las más vulnerables a los efectos del cambio climático a nivel mundial, provocando graves consecuencias para la población.

Por ejemplo, durante los últimos diez años, los habitantes de Cuyalí, al sureste de Honduras, región donde vive Eliana, han tenido que buscar agua excavando pequeños agujeros en el cauce del río seco, obteniendo agua contaminada que provoca continuos casos de diarrea y hepatitis. La carencia de servicios de saneamientos dignos provoca un alto grado de defecación al aire libre. Además, existe un bajo nivel de tratamiento de aguas residuales y residuos sólidos. Todo lo anterior, afecta gravemente a las familias hondureñas con una multitud de enfermedades de origen hídrico, inseguridad alimentaria y desnutrición, siendo los niños y niñas los más afectados.

La escasez de agua representa una de las principales necesidades en las comunidades, siendo el 2019 un año crítico en el que el gobierno decidió decretar emergencia nacional ante la falta de agua, reflejada en la pérdida estimada de entre el 50% y 60% de los cultivos de granos básicos y la muerte del ganado debido al periodo de sequía que atraviesa el país por las pocas o nulas lluvias. Este recurso no renovable hoy en día es una necesidad básica que cada vez es más difícil de satisfacer en Honduras, ya que con el tiempo han desaparecido muchas fuentes de agua y la población, principalmente mujeres, niños y niñas, tiene que recorrer grandes distancias para obtenerla.

Es por este escenario que Juan José, presidente de la Junta Local de Agua, contactó al equipo del proyecto de Agua y Saneamiento de World Vision Honduras para implementar una iniciativa que mejore la salud de las familias al garantizar el acceso a agua segura, saneamiento e higiene. El proyecto consistió en la rehabilitación de un pozo perforado con un caudal de 65 Galones por Minuto (GPM de agua.

Eliana recuerda con gran emoción cuando llegó el agua a las casas de su comunidad. La alegría fue tan enorme que algunas personas comenzaron a llorar y a agradecer a Dios por la bendición de tener agua dentro de su hogar. La vida cambió inmediatamente para Eliana y para muchos niños porque ahora el agua segura está justo en su casa, ya no tienen que invertir tantas horas en traerla. Los niños y niñas pueden utilizar este tiempo para asistir a la escuela o realizar otras actividades de esparcimiento.

Eliana feliz al tener agua limpia en su comunidad”Ya no estoy preocupada por traer agua antes de entrar a la escuela.  Cuando regreso a casa me pongo a estudiar, hago tareas y luego voy a bailar con mis amigas porque es mi pasamiento favorito” relató Eliana.

World Vision Honduras trabaja en asocio con las comunidades, las autoridades municipales, el gobierno central y otras ONGs para que las familias tengan acceso sostenible al agua potable, se mejoren las instalaciones de saneamiento y se promuevan buenas prácticas de higiene. Durante los últimos cinco años, World Vision Honduras ha mejorado158 sistemas de agua potable en todo el país beneficiando a más de 140,000 personas.