La Amazonía y la niñez en el centro de la lucha contra los plásticos

La Amazonía y la niñez en el centro de la lucha contra los plásticos

Este 5 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema “Sin contaminación por plásticos”. Y en ningún lugar este llamado cobra más urgencia que en la Amazonía, una región de vital importancia ecológica y hogar de millones de niñas, niños y adolescentes. A través de su iniciativa climática con enfoque en la niñez, World Vision hace un llamado a actuar con urgencia: proteger la Amazonía es proteger a la infancia.

Un ecosistema sofocado por el plástico

La Amazonía, que representa el 40% del territorio sudamericano, está hoy gravemente amenazada por la contaminación plástica. Se estima que cada año se vierten entre 8 y 12 millones de toneladas de plásticos a sus ríos, provenientes de desechos urbanos, bolsas, turismo descontrolado y residuos agrícolas. Estos plásticos tardan cientos de años en degradarse, liberando microplásticos que contaminan los suelos, los peces y, finalmente, a las personas.

Solo en Leticia (Colombia), se generan unas 700 toneladas de residuos al mes, de las cuales el 60% son plásticos, muy por encima del promedio nacional del 30%. De ese total, solo el 1.4% es reciclado. Una parte importante de estos desechos termina en el río Amazonas, uno de los más contaminados del planeta y responsable de verter plástico al océano Atlántico.

Niños y niñas: los más afectados

La contaminación plástica no solo daña ecosistemas, también pone en riesgo la salud de la población, especialmente la más joven. En Ecuador, un estudio de la Universidad Estatal Amazónica reveló la presencia de microplásticos en peces de río destinados al consumo humano, incluso dentro de áreas protegidas como el Parque Nacional Yasuní. Estas partículas pueden atravesar tejidos, alterar hormonas y poner en riesgo la salud a largo plazo.

Para las comunidades amazónicas, el río es una fuente de agua, alimentación y vida. Cuando el plástico entra en ese sistema, también entra en el cuerpo de los niños. Y eso es inaceptable.

50 años de avances… y deudas pendientes

Desde su creación en 1972, el Día Mundial del Medio Ambiente se ha convertido en una plataforma global para responder a la llamada triple crisis planetaria: calentamiento global, pérdida de biodiversidad y contaminación. Aunque se ha avanzado en conciencia pública y acuerdos internacionales, aún persisten desafíos: urbanización sin planificación, políticas lentas y escasa implementación local.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) recuerda que el 40% del plástico global es de un solo uso, que menos del 10% se recicla, y que más de 11 millones de toneladas terminan cada año en ríos, lagos y océanos.

La respuesta: transformar el sistema, proteger a la infancia

World Vision, a través de su Iniciativa Amazonas, trabaja para enfrentar esta crisis de manera estructural. La organización promueve acciones en gestión de residuos, protección de fuentes hídricas, educación ambiental y participación comunitaria en los países amazónicos.

La apuesta es clara: poner a la niñez en el centro de las soluciones climáticas. Escuchar sus voces, proteger su salud, garantizar su acceso a un ambiente sano y resiliente, y transformar las políticas públicas con datos, evidencia y participación local.

¿Qué podemos hacer?

El lema global del día mundial del medio ambiente de este año, invita a repensar nuestra relación con el plástico bajo cinco principios: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y repensar. Pero más allá del comportamiento individual, se necesita acción colectiva:

  • Gobiernos que prioricen la gestión de residuos en la Amazonía.

  • Empresas que dejen atrás los plásticos de un solo uso.

  • Inversiones que fortalezcan el reciclaje y la economía circular.

  • Comunidades organizadas para proteger sus territorios.

Cuidar la Amazonía es cuidar a quienes la habitan

La Amazonía no es solo biodiversidad. Es hogar. Es futuro. Es infancia. Hoy, en el Día Mundial del Medio Ambiente, recordamos que la lucha contra el plástico es también una lucha por la salud, la dignidad y la esperanza de millones de niñas y niños amazónicos. No podemos dejar que su hogar se ahogue en plástico. El momento de actuar es ahora.