Moisés llegó a Ecuador en 2018, a los 23 años, buscando una vida mejor para él y su familia. Al principio, no tenía experiencia laboral ni la documentación necesaria para trabajar de manera formal en el país. Esta situación, también significó dejar atrás sus sueños de ser futbolista profesional, una meta que se había trazado desde que lo convocaron a las divisiones inferiores de la selección venezolana. La falta de oportunidades para continuar en su carrera deportiva y la necesidad de adaptarse rápidamente lo llevaron a encontrar un empleo en un restaurante, donde comenzó a aprender los fundamentos de la cocina.
Este trabajo, que en un principio parecía un paso en falso, resultó ser una bendición. Moisés adquirió valiosas habilidades y conocimientos en el sector gastronómico, lo que más tarde lo inspiró a abrir su propio negocio. Con sacrificio, ahorró un poco de dinero y decidió abrir un pequeño local de comida venezolana en Portoviejo. Lo llamó “Localito” porque era realmente pequeño. Al principio, las ventas eran bajas porque la gastronomía venezolana no era tan conocida, pero con el tiempo, la calidad de su comida y la autenticidad de sus platos atrajeron a más clientes.
Sin embargo, la llegada de la pandemia cambió todo. Los restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas y las ventas cayeron drásticamente. Moisés, sin embargo, no se dio por vencido. Decidió adaptarse a la situación, comenzando a ofrecer entregas a domicilio. Este cambio de estrategia permitió que su negocio siguiera en pie, aunque las dificultades persistían.
Tiempo después, una amiga de Moisés, Corina, quien participó en los talleres de emprendimiento de World Vision Ecuador lo invitó a unirse. Gracias a la insistencia y persistencia de su amiga participó en los talleres que ofrece la organización donde aprendió sobre las herramientas necesarias para mejorar la gestión de sus negocios, desde el manejo de las finanzas hasta las estrategias de crecimiento. «La verdad, no sabía hacer bien los cálculos, y administrar el dinero no era mi fortaleza», comenta Moisés. Sin embargo, al asistir a estos talleres, aprendió a estructurar mejor su negocio y a optimizar sus operaciones.
Motivado por sus nuevas habilidades y conocimiento, Moisés se animó a participar en un concurso de capital semilla organizado por World Vision. Este concurso es parte del proyecto VRF, el cual busca apoyar a los emprendedores migrantes y de comunidades de acogida que desean hacer crecer sus negocios, especialmente aquellos que enfrentan barreras debido a su estatus migratorio o falta de recursos.
Jordan, promotor de World Vision Ecuador, explica que cada año se realiza una convocatoria en la que emprendedores pueden presentar sus planes de negocio. «En la convocatoria que se presentó Moisés planificamos la participación de diez emprendedores, pero le dimos un giro al concurso porque había mucho potencial. Así que con los planes de negocios y las solicitudes que recibimos, fuimos dando el capital semilla conforme lo requería cada uno de los emprendedores seleccionados», comenta Jordan. De este modo, World Vision no solo selecciona a los emprendedores con mayor potencial, sino que también ajusta el apoyo financiero según las necesidades específicas de cada uno.
En esta convocatoria participaron 20 emprendedores, entre ellos Moisés, quienes fueron evaluados en base a su plan de negocios, su capacidad de implementación y el impacto que su emprendimiento podría tener en la comunidad. Moisés presentó un proyecto sólido y bien estructurado que combinaba su experiencia en la cocina con un enfoque innovador hacia la gastronomía venezolana y fue seleccionado para recibir el capital semilla.
Gracias a este apoyo financiero, Moisés pudo expandir su negocio, mejorar su infraestructura y aumentar su presencia digital. Además, durante este proceso, Moisés se asoció con Corina, la amiga que le presentó a World Vision, quién había comenzado su propio emprendimiento en el área de entregas a domicilio. Juntos, crearon un equipo que no solo ayudó a crecer sus respectivos negocios, sino que también da empleo a más de 10 personas, tanto migrantes como ecuatorianos.
La historia de Moisés es un claro ejemplo de cómo el acceso a recursos y el apoyo adecuado pueden cambiar el rumbo de un negocio, especialmente cuando se trata de emprendedores en situaciones vulnerables. A través de la convocatoria de capital semilla de World Vision, muchos otros emprendedores migrantes han tenido la oportunidad de presentar sus proyectos, recibir formación y, en muchos casos, acceder a los recursos necesarios para llevar sus ideas al siguiente nivel. “Algo muy importante es que, luego de recibir las capacitaciones y el capital semilla, el acompañamiento de World Vision ha sido vital para mi negocio y mi crecimiento personal. Les agradezco mucho por su apoyo y confianza”, concluye Moisés.
El éxito de Moisés no solo radica en lo que ha logrado para él, sino también en cómo ha logrado compartir la gastronomía venezolana con la comunidad ecuatoriana, crear empleo y aportar a la economía local. La historia de Moisés es un testimonio claro de la importancia del apoyo a los emprendedores migrantes, y cómo, con el respaldo adecuado, es posible transformar una adversidad en una oportunidad para el crecimiento y la inclusión socioeconómica.